El Arcifiltro se hace de una mezcla especial y muy precisa de arcilla con aserrín (en general se puede hablar de 50% de cada uno pero esto depende de la clase de aserrín y la clase de arcilla con que se disponga) los cuales después de homogenizarlos se prosigue a prensarlos para luego ser sometidos a unas temperaturas promedio de 900ºC donde el aserrín se quema dejando unos micro poros en forma tortuosa (con muchas curvas, no recto) tan pequeños que son capaces de atrapar las bacterias y para confirmar esto, todos los filtros se someten a unas pruebas de filtración. Los que pasen la prueba son sometidos a un baño de plata coloidal que actúa de forma bacteriostática (inhibe la reproducción bacteriana) y se empacan listos para ser utilizados.